UE aprueba restringir los visados a los países que no cooperen en inmigración
La Unión Europea dio hoy luz verde a un mecanismo que permitirá evaluar periódicamente la cooperación de terceros países con la UE en materia de inmigración y sancionar por medio de restricciones de visados a aquellos que no acepten el retorno de sus nacionales.
Las reformas en el Código de Visados fueron acordadas de manera informal entre los representantes del Parlamento Europeo y Rumanía, que preside este semestre el Consejo de la UE.
El objetivo es impulsar la cooperación para la readmisión de migrantes irregulares, con la introducción de un mecanismo que permitirá la utilización de la política de visados como medio de presión.
Bruselas evaluará periódicamente la cooperación de terceros países en la readmisión de sus nacionales y cuando uno no coopere, la Comisión propondrá la aplicación de medidas restrictivas en la tramitación y, en último término, en las tasas de los visados para sus ciudadanos.
En cambio, si se constata que un país colabora en ese ámbito, la Comisión podrá proponer una reducción de las tasas, del plazo de resolución de las solicitudes o el incremento del periodo de validez de los visados para entradas múltiples.
Estas modificaciones son la primera fase de la reforma de la política común de visados de la UE que pretende mejorar las condiciones de los viajeros y aumentar los instrumentos de respuesta a la inmigración irregular.
Entre otras novedades, se dará la posibilidad de cumplimentar y firmar el impreso de solicitud por vía electrónica y de presentar solicitudes con un máximo de seis meses y un mínimo de quince días antes del viaje.
Otra novedad serán los visados para entradas múltiples con una validez prolongada gradualmente (de uno a cinco años) con el objetivo de prevenir los visados “de conveniencia”, reducir los costes y ahorrar tiempo.
Para compensar el aumento de los costes de tramitación en los últimos años se prevé introducir un incremento de la tasa, que se había mantenido desde 2006 y que pasará de 60 a 80 euros.
Según Bruselas, los cambios acordados harán más fácil a los viajeros obtener visados para entrar en Europa facilitando el turismo, el comercio y los negocios y a la vez reforzando la seguridad y reduciendo los riesgos de la inmigración irregular.