Las fracturas más frecuentes en envejecientes
Las fracturas consideradas como osteoporóticas son las de la columna vertebral, cadera, extremidad distal del radio (antebrazo), húmero (brazo) y pelvis.
La fragilidad es la base de la osteoporosis y la fractura por fragilidad su consecuencia más importante.
Las fracturas son las que provocan dolor, limitación funcional, disminución en la calidad de vida, aumento de las complicaciones, la mortalidad y enormes costes socio sanitarios. Cuando un paciente con fragilidad ósea sufre una caída, sus huesos se fracturan con más facilidad, la población anciana con baja masa ósea y alto riesgo de caídas, es la más propensa a sufrir fracturas, sobre todo de la cadera.
La fractura vertebral es la más preponderante, puede ser consecuencia de un esfuerzo al cargar peso o agacharse, pero también puede no haber motivo aparente.
Típicamente, provoca dolor agudo, que aumenta con los movimientos y disminuye con el reposo; la intensidad del dolor suele disminuir a partir de las 2-3 primeras semanas y desaparece al cabo de 2-3 meses. Sin embargo, más del 50 % de las fracturas vertebrales no provocan síntomas y sólo pueden comprobarse mediante una radiografía de columna lumbar o dorsal.
En algunos pacientes, como consecuencia de las alteraciones estructurales de la columna, puede desarrollarse una inestabilidad de la columna, con contracturas musculares y tensión ligamentosa, lo que puede provocar dolores crónicos.
Fuente: Hoy